EL AYUNTAMIENTO Y LA POLICÍA LOCAL. CRONICA DE UN CONFLICTO INTERMINABLE. (Parte V: “El pesar por el bien ajeno”)
“La envidia y el odio van
siempre unidos, se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo
objeto”.
Jean de la Bruyere (1645-1696).
Julio de 2013.
En sesión extraordinaria de la Mesa General de Negociación, sin representación
del SPPME porque no había concurrido a las últimas elecciones sindicales, se
rechazaron las propuestas del equipo municipal de gobierno y de la sección
sindical de CSIF para la modificación del complemento específico de la policía
local. La Unión Sindical Obrera se opuso por considerar que aquel punto del
orden del día era un amaño injustificado. Por su parte, UGT sugería la búsqueda
de un consenso que evitase el conflicto entre la policía y el resto del
personal del ayuntamiento, y propuso reconocer los mismos derechos económicos a
todos los empleados municipales, fueran policías o no. Conste aquí que se
estaba hablando de dinero para remunerar las condiciones específicas de cada
puesto de trabajo, dificultad técnica, dedicación, incompatibilidad,
responsabilidad, peligrosidad o penosidad (RD 861/1986, 25 de abril, art. 4.1).
Paralelamente
se estaba elaborando para su aprobación un reglamento de productividad para
todos los empleados municipales. Se acordó, en aquella misma mesa de
negociación, la reserva de una partida presupuestaria de 220.000 € en concepto
de complemento de productividad para el ejercicio de 2013, y se acordó otra
reserva de fondos por importe de 51.000 € para cubrir eventuales modificaciones
derivadas de una posible revisión de la VPT. ¿De donde salía aquel montante? Como los
lectores habrán supuesto, era parte de los ingresos que la policía había dejado
de cobrar con la nueva jornada introducida por el gobierno central. Es decir,
el equipo de gobierno que había recortado apresuradamente los ingresos de los
policías locales sin ofrecer alternativa, en aquel momento se avenía a destinar
la mayor parte de aquel ahorro a una productividad general para todos los
empleados de su administración, bajo la presión y connivencia de algunos
sindicatos de clase. En palabras de algún representante sindical de aquella
mesa, se trataba de que todos los empleados municipales tuvieran reconocidos
los mismos derechos. En mi opinión se trataba de quitar a unos pocos para
repartir entre todos, lo que no parecía razonable cuando estos pocos no tenían equitativamente
valoradas determinadas condiciones de su puesto de trabajo como la turnicidad,
la peligrosidad y la penosidad.
Aquella decisión
de la Mesa era legal, por lo dispuesto en la Ley de presupuestos generales para
2013, la Ley 17/2012, de 27 de diciembre, que en su artículo 22 prohibía
cualquier incremento de las retribuciones del personal al servicio del sector
público, y en el apartado siete del mismo artículo establecía una excepción
para ...“adecuaciones retributivas que, con carácter singular y excepcional,
resulten imprescindibles por el contenido de los puestos de trabajo, por la
variación del número de efectivos asignados a cada programa o por el grado
de consecución de los objetivos fijados al mismo”. Yo pongo en duda que
esta decisión fuera legítima, justa y razonable. Sobre todo, si tenemos en
cuenta los objetivos que se establecieron para percibir aquella productividad.
En casos concretos se fijaron objetivos del tipo de “cerrar ventanas”, “apagar
las luces” o “regar las macetas del ayuntamiento”, o tareas que se venían
realizando habitualmente por estar incluidas en el catálogo de funciones de los
puestos, por lo que aquella productividad fue una operación de maquillaje para
justificar el reparto del ahorro, “conseguido” con la policía, entre el total
de la plantilla municipal.
Y así, en aquel
mismo mes de julio, la alcaldía hizo una propuesta de reforma provisional,
que debía culminar en una nueva valoración de puestos de trabajo, para subsanar
las deficiencias que una Comisión Técnica constituida al efecto había
identificado en la VPT vigente en aquel momento, que databa del 2006. Aquella
propuesta afectaba a distintos puestos de la plantilla municipal, entre los que
se encontraban los puestos de la policía local sometidos a turnicidad, que
podrían ver adaptado su complemento específico al turno de trabajo. Tal
propuesta resulto aprobada en la mesa de negociación con los únicos votos en
contra de USO. [i]
USO rechazó la
propuesta del alcalde en todo cuanto supusiera una modificación del valor
económico del específico, alegando, en lo concerniente a la policía local, que
la propuesta del alcalde estaba más cerca de un fraude de ley que de las causas
de excepción que contemplaba la referida Ley 17/2012. Esta sección sindical
propuso que se reintegrase a la partida de Complemento de productividad la
cuantía resultante de los 51.000 € que se habían reservado para eventuales variaciones
del complemento específico, y solicitó una nueva VPT en la que estuvieran
ausentes de sus trabajos “tanto políticos como sindicatos”.
Pues bien, en noviembre,
la misma Unión Sindical Obrera solicitó la resolución del contrato menor de
servicios suscrito, a propuesta del concejal delegado de Régimen Interior, con
la empresa externa Formación y Consultoría de Organizaciones S.L, por un
importe de 17.950 euros más IVA, para el estudio, documentación, análisis,
descripción y valoración de los puestos de trabajo del Ayuntamiento, Patronato
Deportivo Municipal y Gerencia Municipal de Urbanismo. Alegaban irregularidades
y demoras por parte de la consultora, que el estudio de los puestos de trabajo
no podía realizarse con desconocimiento de los trabajadores, debiéndose dar la
oportunidad de efectuar alegaciones, y que se debía garantizar la
confidencialidad de la información utilizada. Además, según este sindicato, se
había prorrogado un contrato menor que por Ley no se podía prorrogar más allá del
31 de octubre. [ii]
Posteriormente,
previo contrato nuevamente, se elaboró el Manual de valoración de los puestos
de trabajo, por otra empresa externa, ICSA, que fue presentado a la Mesa
General de negociación, y dictaminado favorablemente por unanimidad de sus
miembros, incluyendo a los representantes de USO. El SPPME aún no formaba parte
de este órgano de negociación colectiva pues no había concurrido aún en unas
elecciones sindicales.
En este
periodo de tiempo, el 31 de marzo de 2015, el grupo municipal de Ciudadanos
publicó en prensa local su opinión sobre el conflicto colectivo existente entre
el Ayuntamiento y la Policía Local: … “Ciudadanos Lucena no entrará en
victimizar a una parte y culpar a la otra, sin embargo, sí resulta necesario
denunciar esta situación, al haber alcanzado la conclusión de que una vez más
la mala gestión consistorial termina repercutiendo directa o indirectamente en
la vida de los ciudadanos, quienes al margen de subidas o bajadas salariales de
colectivos determinados, pagan sus impuestos y hacen posible que Lucena sea el
lugar que es”… “Sin duda alguna, el Sr. alcalde debería haber previsto que esta
sensación de injusticia que está viviendo el Cuerpo de la Policía Local podría
repercutir negativamente en el funcionamiento de su ciudad y bienestar de sus
vecinos. Desde Ciudadanos Lucena lamentamos que sea el pueblo quien paga los
platos rotos de su administración”.[iii]
Posteriormente se pudo comprobar con los hechos que voy a relatar, que
tampoco era la intención de esta formación política promover la solución del
conflicto, quizás porque les interesaba la continuación de este como
herramienta de desgaste contra el equipo de gobierno.
En abril del
2015 se constituyó un Comité Técnico de Valoración, cuyos miembros fueron designados
por la alcaldía, para llevar a cabo la valoración de los puestos de trabajo,
utilizando para ello el citado Manual. El comité estuvo integrado por un
representante de la empresa ICSA, personal directivo de RRHH del Ayuntamiento, representantes
de los grupos políticos, y de los distintos sindicatos, que a su vez eran
empleados municipales. Esta vez sí estuvo representado el SPPME. Tras el
trámite de alegaciones concedido para que aquellos trabajadores disconformes
con la valoración del puesto que ocupaban pudieran pronunciarse, y la posterior
resolución de estas reclamaciones, dicho comité hizo una propuesta de VPT a la
Mesa General de Negociación para que fuera dictaminada y sometida,
posteriormente, a su aprobación en el Pleno municipal.
En el Plenario de aquel mes abril,
aprovechando una pregunta formulada por el grupo popular, el alcalde se
defendió de la acusación por parte del colectivo de la policía, que le
recriminaba su falta de compromiso en la solución de un conflicto, que duraba
ya más de dos años: … “el que 'no cumple Juan Pérez' es porque no se alcanza
un acuerdo. Y si se refieren a la productividad, yo les dije que estaba de
acuerdo si todos los sindicatos del Ayuntamiento están de acuerdo y se ha
demostrado que no"…"la solución, en mi opinión, es que si la valoración
no se puede aplicar porque no se puede aprobar pues lo impide la ley, lo que sí
se podrá hacer es dar nuevos criterios a la productividad, cuando se permita
legalmente, y de manera proporcional a los resultados que arroje la valoración
de puestos de trabajo"… "Que no me digan que yo no estoy
cumpliendo, pues estoy actuando como creo que tengo que actuar, en defensa de
los intereses del Ayuntamiento y de la ciudadanía". [iv]
Ya en 2017, a
finales, casi cinco años después del inicio de las movilizaciones de la
policía, la Unión Sindical Obrera denunció que en el Proyecto de Presupuesto Municipal
para el ejercicio 2018, el equipo de gobierno municipal había decidido desviar
la cuantía que desde el año 2013 se había venido percibiendo por todos los
empleados municipales, en aplicación del Reglamento de Productividad, a
una partida denominada “Valoración de Puestos de Trabajo”. Presentaron cuatro
reclamaciones a estos presupuestos, amenazando con la interposición de un contencioso
en sede judicial. Solicitaron la nulidad de los acuerdos definitivos de
aprobación de presupuesto y plantilla, y calificaron aquella nueva valoración
de puestos de trabajo como … “una cesión injustificada del equipo de
gobierno municipal a grupos de presión, para el desvío de los 800 euros anuales
que de media hemos venido percibiendo en cumplimiento de los distintos
programas incluidos en el Reglamento de Productividad, al bolsillo de unos
pocos”. [v]
Por el grupo
municipal de Ciudadanos se presentó en marzo de 2018, en un ejercicio más
propio de “podemitas”, y obviando todo lo dispuesto por la ley para estos
procesos, una moción para que con carácter previo a la aprobación plenaria de
una nueva VPT, ésta fuera sometida a referéndum de todos los empleados públicos
afectados, algo que no viene recogido en ninguna norma estatutaria de la función
pública y que resultaba totalmente ajeno al proceso de valoración de puestos.
Aquel movimiento fue un ejercicio de irresponsabilidad enorme, puesto que ellos
debían haber formado parte del Comité de Valoración, como el resto de los
grupos políticos, y sin embargo declinaron su asistencia a las sesiones de este,
para posteriormente, delegar la decisión sobre su aplicación, que era su
responsabilidad como representantes políticos, a los afectados por aquella VPT.
Dicha moción fue dictaminada favorablemente con los votos a favor
de Ciudadanos, Partido Popular, Izquierda Unida y concejal
no adscrito, y fue posteriormente aprobada en el Pleno municipal, pasándose por
el arco del triunfo el proceso de valoración legalmente establecido y
menospreciando los meses de trabajo y miles de euros invertidos en él. [vi]
En julio del
mismo año casi doscientos empleados del Ayuntamiento se
constituyeron en “Plataforma de Afectados por la Valoración de
Puestos de Trabajo”. La VPT había sido aprobada en la última Mesa General de
Negociación, y estaba pendiente la celebración del referéndum entre
todos los trabajadores públicos. Este colectivo mostró su disconformidad con
la VPT, y tras su protesta silenciosa en el Pleno municipal, interpusieron
un recurso contra el dictamen favorable de la Mesa General de
Negociación. También remitió escritos a las comisiones
ejecutivas provinciales de UGT y de Comisiones Obreras, sindicatos que junto al
SPPME habían apoyado la propuesta de valoración de puestos de trabajo en la
Mesa de Negociación, y también a los diferentes grupos municipales y
al concejal no adscrito del Ayuntamiento de Lucena. [vii]
Desde esta
plataforma de trabajadores se redactó un “dossier” sobre la VPT,
que pretendía poner de relieve una supuesta vulneración de los principios de
equidad, objetividad y rigurosidad, que a su juicio, se habían producido
durante el procedimiento de elaboración de este instrumento, que determinaba
los complementos específicos de cada puesto de trabajo y marcaba diferencias
salariales de hasta 3.000 euros al año, para algunos empleados,
principalmente de la policía local y otros puestos intermedios, mientras
que reducía el salario para otros.
[i] USO LUCENA. Negociaciones: “EL AMAÑO:
crónica de la última Mesa General de Negociación”
(usolucenaayuntamiento.blogspot.com)
[ii] USO solicita la resolución del contrato con la empresa que
realiza la valoración de puestos de trabajo del Ayuntamiento de Lucena |
Noticias de Lucena en Sur de Córdoba (surdecordoba.com)
[iii] https://www.lucenahoy.com/articulo/politica/opinion-a-proposito-de-las-protestas-de-la-policia-local-juan-perez-no-cumple-por-ciudadanos-lucena/20150331022440006876.html
[iv] https://www.diariocordoba.com/lucena/2015/05/22/alcalde-responde-pleno-protestas-policia-37047664.html
[vi] Aprueban una moción de Ciudadanos sobre Valoración de
Puestos de Trabajo - Diario Córdoba (diariocordoba.com)
[vii] Unos 200 empleados del Ayuntamiento de Lucena crean una plataforma contra las nuevas retribuciones (abc.es)
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