EL AYUNTAMIENTO Y LA POLICÍA LOCAL. CRÓNICA DE UN CONFLICTO INTERMINABLE. (Parte VII: Democracia Directa)

Con un 96% de participación en el referéndum sobre la Valoración de Puestos de Trabajo (VPT), la mayoría de los trabajadores municipales votaba “NO” a la propuesta presentada por el equipo de Gobierno, que había sido dictaminada favorablemente en la Mesa General de Negociación. 

Eran 403 los empleados municipales con derecho a voto. El plebiscito se celebró el 18 de septiembre de 2018, finalizando a las 21:00 horas. De este censo de trabajadores, 220 votaron en contra, 159 lo hicieron a favor y 4 votos en nulo. Se decidía sobre un documento en el que se venía trabajando desde el año 2012. La consulta reflejó la división entre los trabajadores municipales, ya comentada en anteriores entregas de esta serie.

Fue un referéndum de validez y operatividad cuestionables. Sus efectos podrían anularse por varias causas. En primer lugar no estaba recogido en ninguna norma de las que regulan los procesos de valoración, tratándose de una oportunista invención política. 

El secretario y la interventora municipales aún no habían emitido dictamen sobre la adecuación a la normativa vigente del citado documento. El sindicato USO había impugnado el documento de revisión de la VPT, por estimar que era imposible su aprobación al superar el límite establecido por las disposiciones estatales. En base a la regla de proporcionalidad del presupuesto municipal, señalaba USO, se estaban incumpliendo los máximos estipulados por el artículo 7.2 del Real Decreto 861/1986, de 25 de abril, por el que se establece el régimen de retribuciones de los funcionarios de la administración local. Este sindicato advertía de que dicha circunstancia, obligatoriamente, debía ser corregida antes de ratificar la propuesta en Pleno.

La propia Unión Sindical Obrera y la Coordinadora de Trabajadores de Andalucía se manifestaron en contra de la propuesta de VPT, mientras que el SAT decidió abstenerse, al igual que CSIF. El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España respaldó este ajuste del complemento específico, al igual que Comisiones Obreras y UGT. No obstante, un número considerable de afiliados de estas secciones sindicales se opusieron al voto de sus propios representantes, e incluso denunciaron sus decisiones ante instancias sindicales superiores. Nos estamos refiriendo a los miembros de la Plataforma de Afectados por la VPT. 

Únicamente 27 trabajadores mantendrían el mismo nivel de retribuciones con la aplicación de la propuesta que se estaba votando, la cual reducía el complemento específico de sus puestos, gracias a la aplicación de un complemento personal transitorio. En cambio, 112 asalariados obtendrían, anualmente, hasta 350 euros más; 60 empleados, entre 321 y 800 euros; una veintena percibiría un aumento cuantificado desde 801 euros hasta 1.500, y finalmente, un grupo de 176 accedería a una subida económica de más de 1.500 euros anuales.  

Luego entonces, y con independencia de razones jurídicas que todavía estaban por dilucidarse, ¿Qué pudo ocurrir para que más de 200 trabajadores votaran contra la revisión del complemento específico? Recordemos que la plantilla de la policía local, por entonces, no superaba los 80 funcionarios. 

Quienes rechazaban esta VPT lo justificaban en que se favorecía excesivamente a los policías locales y al personal municipal de oficios a partir de la categoría de oficial. También señalaban que la misma concedía una mejora salarial al secretario, la interventora y al tesorero. Luego, necesariamente, hubo trabajadores que votaron en contra de aumentar sus propias retribuciones con tal de que los puestos indicados no cobrasen el específico que les correspondía según la propuesta de valoración presentada. ¿Por qué? En mi opinión se produjeron un conjunto de circunstancias que combinadas dieron como resultado el rechazo final de la VPT.

La principal causa pudo ser la propia condición humana. Los seres humanos somos por naturaleza egoístas y envidiosos. Algunos, convencidos de que podían sacar mayor rendimiento en otra propuesta alternativa, votaron en contra de esta. Otros trabajadores, convencidos de que podían dejar de percibir el dinero de la productividad general si la propuesta se aprobaba, y como la cuantía de la productividad era mayor que la que pudiera quedarle como específico, votaron también en contra por razones económicas. 

Un tercer grupo, me atrevo a decir, pudo rechazar la propuesta por animadversión hacia el colectivo de la policía local. Las fuerzas y cuerpos de seguridad son el último recurso, el poder coercitivo, con que cuenta el Estado para mantener el orden y la estabilidad social, y por ello, sus miembros son objeto de rechazo social en no pocas ocasiones, especialmente en ambientes con ideas políticas próximas al anarquismo y el comunismo. 

Además, desde estos mismos sectores de la sociedad se pretenden niveles de justicia social extremos, consistentes en un reparto igual, que no equitativo, de la riqueza. De este razonamiento se puede deducir que también pudieron influir en la decisión final razones políticas e ideológicas. 

En todos estos casos se estaba ignorando, o se quería obviar, que el complemento de productividad no es una retribución “permanente”, y que se aprueba cada año con el presupuesto municipal, dependiendo de la voluntad política del momento, mientras que el complemento específico requiere de una VPT para su modificación y por tanto goza de una mayor protección frente a decisiones "caprichosas".

En línea con las razones políticas citadas, guarda relación con ellas y es de especial interés conocer la reacción de los principales grupos políticos municipales de la oposición al resultado del referéndum. 

Se produjo unanimidad en la crítica a la gestión del equipo de gobierno en materia de Personal, tras el rechazo de la VPT por parte de la mayoría de los trabajadores municipales. Todos los grupos coincidieron en exigir responsabilidades políticas por lo que consideraban un fracaso del PSOE en el objetivo de una “VPT JUSTA”. Era difícil, desde la perspectiva de la lucha por el poder, no apuntarse a aquella oportunidad para desgastar a un gobierno municipal que no contaba con mayoría suficiente en el Pleno.

    El resultado del referéndum fue la puntilla que acabó con la propuesta del equipo de gobierno, apoyada en su día por la Mesa General de Negociación. Y es que tanto el PP como Ciudadanos, IUCA y el concejal independiente, manifestaron de inmediato su intención de votar en contra de la VPT si esta llegaba al pleno municipal, intenciones que se podían prever, por la evolución de los acontecimientos, desde mucho antes de aquel ejercicio de democracia directa.

La portavoz del grupo municipal Ciudadanos, Purificación Joyera, promotora de la consulta sobre la VPT, señaló que su grupo votaría en contra porque la decisión mayoritaria de los trabajadores municipales … "condicionará nuestro voto, más aún con la elevada participación registrada" ... Para Joyera … "los trabajadores han hablado claramente y por supuesto lo vamos a tener en cuenta y votaremos en contra" ... Indicando a los medios de comunicación que, pese a que la propuesta de VPT fue aprobada por los representantes sindicales y obtuvo informes jurídicos favorables, el resultado, paradójicamente, había dejado claro que esas decisiones … "no representan el sentir general de la mayoría de los trabajadores" …, cargándose de un plomazo, y sin que le temblara la voz, el principio de representación sindical.

Joyera añadió que … "en la mesa de negociación, la negociación no existió desde el primer momento, no se respondieron las alegaciones o se resolvieron sin estudio o fundamentación alguna, y la responsabilidad es del equipo de gobierno” …, y lo dijo en representación de un partido político que no acudió a las convocatorias del comité de valoración, ignorando con ello una magnífica oportunidad de procurar que las cosas se hicieran “con estudio y fundamentación”. 

El Partido Popular también anunció su voto en contra una vez conocidos los resultados de la consulta. Su portavoz, por entonces Paco Huertas, declaró que … "suponen un fracaso estrepitoso de la política del equipo de gobierno socialista". Según Huertas … "esta propuesta fue una apuesta personal del alcalde y de la concejal de Personal, Teresa Alonso, que la inmensa mayoría de los trabajadores públicos han rechazado". Por lo que anunció que …  "vamos a pedir responsabilidades políticas, porque ha sido mucho el tiempo y el dinero invertido en esta VPT y evidentemente alguien deberá asumir este fracaso"... Procede aquí poner de relieve que el Partido Popular sí participó en el Comité de Valoración, al menos en sus fases iniciales, y que por lo tanto compartía parte de responsabilidad en el supuesto “fracaso".

Por su parte, el portavoz de IUCA, Miguel Villa, manifestó que los resultados … "dejan clara la derrota de la VPT y supone también la división de los trabajadores y trabajadoras de nuestro ayuntamiento, situación que ha sido provocada por la actitud de falta de talante negociador y autoritarismo de la concejal de Personal, Teresa Alonso, en este proceso"... Villa indicó que su grupo mantendría el criterio … "de no mantener una valoración que divide a los empleados públicos y no tiene su apoyo y votará un no rotundo y sin paliativos si el PSOE se atreve consumar su fracaso llevando esto al pleno". Para el portavoz de IUCA … "la VPT tiene que ir a la papelera y empezar un nuevo proceso con el próximo equipo de gobierno". Izquierda Unida, también ausente en la mayor parte del proceso, proponía arrojar a la papelera el resultado obtenido en el Comité de Valoración, que tan mal lo había hecho, quizás por qué no se aplicó la “igualdad real”.

Como colofón, en el mes de octubre el Secretario General del Ayuntamiento de Lucena, dictó resolución estimatoria del recurso de alzada interpuesto por la sección sindical de USO contra la aprobación, en la Mesa General de Valoración del Ayuntamiento, de la propuesta de VPT, y contra la que se habían manifestado en contra una mayoría absoluta de los trabajadores municipales. Señalaba que, en base al informe emitido por la Jefa de Sección de Recursos Humanos, la tabla de valoración y cuantificación del complemento específico contenida en la citada VPT … "deberá ser objeto de nueva negociación previa en la respectiva mesa de negociación"...

Contra esta resolución, que ponía fin a la vía administrativa, se podía interponer recurso de reposición o recurso contencioso-administrativo, pero nadie, ninguno de los partícipes en la Mesa o el Comité de Valoración decidieron hacerlo. Tras la decisión de los trabajadores no resultaba “legítimo” hacerlo para los sindicatos, ni políticamente rentable para el equipo de gobierno, que ya estaba pensando en “otra cosa”. La negociación que se debía realizar según la resolución de Secretaría nunca se llevó a cabo, y así se abandonó la defensa y puesta en valor de un trabajo de años con un coste nada despreciable para las arcas públicas. 

El referéndum fue un revés para el equipo de gobierno y los sindicatos que en su día aprobaron la polémica VPT, que ya nunca llegaría al Pleno, pero más duro aún fue el golpe para los 159 trabajadores municipales que votaron a favor de la propuesta, convencidos de que por fin se iba a resolver un problema arrastrado desde 2006, durante más de once años.


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