EL AYUNTAMIENTO Y LA POLICÍA LOCAL. CRÓNICA DE UN CONFLICTO INTERMINABLE. (Parte VIII: "Déjà vu")


"Déjà vu" es un tipo de paramnesia del reconocimiento de alguna experiencia que se siente como si se hubiera vivido previamente.  ​ (Wikipedia)

 

En mayo del 2019 se publicó una entrevista a los diferentes candidatos a la alcaldía de Lucena, en el marco de la campaña electoral de las municipales[i]. En ella se les preguntaba sobre las medidas que proponía cada uno de ellos en materia de personal, y su opinión sobre la valoración de puestos de trabajo del ayuntamiento lucentino, como uno de los temas que había generado un mayor debate en los últimos años.

 El candidato del PSOE, Juan Perez, manifestó … “que la propuesta de la Valoración de Puestos de Trabajo es aprovechable, previa revisión, sustancial o no, de aquellos aspectos que así lo requieran, recurriendo a agentes externos -Diputación provincial de Córdoba, por ejemplo- que realicen dicha tarea a fin de acomodar la VPT a la realidad del propio Ayuntamiento. Será la próxima Corporación la que decida el futuro de tal documento” ... Pronto quedó clara la decisión de la Corporación sobre tal documento. Tras casi cuatro años de mandato corporativo y en puertas de unas nuevas elecciones, el ayuntamiento de Lucena sigue hoy sin revisar la VPT.

En agosto de 2020, ya con el nuevo equipo de gobierno del PSOE, tras volver a ganar los comicios, los policías seguían cobrando un complemento por peligrosidad cuantificado en 30 euros al mes. Pero aquel año, al nivel 4 de alerta por el terrorismo yihadista se sumaba una merma de plantilla que impedía a los agentes disfrutar de los descansos ordinarios [ii]. En plena pandemia las bajas por COVID tenían a la plantilla diezmada.  Los policías seguían pidiendo al equipo de gobierno “una actualización y revisión” de los epígrafes específicos de peligrosidad y penosidad, compensaciones que reconocen la singularidad de su función pública.

Era evidente, según los sindicatos de la policía, la reducción sistemática de la plantilla, que se cifraba en un 10% … “desde que es alcalde, Juan Pérez”“Hay que cubrir los turnos mínimos y no te dejan descansar” …, aseguraba Capote, refiriéndose a la imposición, por decreto, de garantizar un mínimo de personal de servicio, que la plantilla soportaba desde antes de la pandemia, sin contraprestación alguna. En esta norma interna se basa, todavía hoy, el gobierno municipal del PSOE, para privar a la plantilla de policía del disfrute de los días de descanso reconocidos por el Estatuto del Empleado Público y el Acuerdo Marco, asuntos particulares incluidos, en un claro agravio comparativo con el resto de los trabajadores municipales.

Otra causa de ruptura entre el Consistorio y estos profesionales era la retribución de los domingos y festivos. “Desde hace 14 años no se pagan” …, exponían desde CSIF, una práctica que contravendría el acuerdo marco de la administración local. Continuaba vigente una VPT aprobada en 2006. “Después se han impulsado otras dos” …, apuntaba este delegado sindical, … “que nunca se han terminado, invirtiéndose mucho tiempo, esfuerzo y dinero”.

                El nuevo concejal de Seguridad Ciudadana restaba importancia al malestar en los policías. Moreno Víbora (PSOE), señalaba que … “los mínimos se están cumpliendo”. Dos patrullas vigilaban de forma permanente la totalidad del término municipal de Lucena encuadrados en la estrategia de vigilancia por el coronavirus, y …. “algunos refuerzos” … añadían otro indicativo más de forma puntual.

El edil socialista insistía en que el Ayuntamiento estaba respetando los días de asuntos propios, formación y vacaciones, y garantizaba siempre la seguridad de los agentes, citando como ejemplo la compra de chalecos antibala o la … “tecnología punta” … de los equipos radiotransmisores, confundiendo los recursos disponibles con las condiciones de desempeño.

               Además, anunciaba la convocatoria de empleo público para tres plazas de promoción interna y ocho incorporaciones de agentes de nuevo ingreso, aparte de otra plaza por movilidad, con el objetivo de reducir la merma de efectivos. Moreno Víbora NO restaba legitimidad a las solicitudes de los sindicatos policiales, y se mostraba dispuesto a negociar para resolver el conflicto heredado de corporaciones anteriores. No obstante, expuso su rechazo a la revisión de la VPT del año 2006.

Mientras, el alcalde de Lucena, Juan Pérez, anunciaba que, a finales de mes, en septiembre, se reunirían con los representantes de la plantilla de la Policía Local, para negociar con ellos una serie de … “complementos específicos”. Según Pérez, el objetivo era conocer las demandas de los agentes. Todavía no se daba por enterado después de años de reivindicaciones. Pero explicaba que lo que se acordara tendría que ser una mejora, tanto para los efectivos de policía, como para el resto de los trabajadores municipales.

Además, indicó que se debía analizar si las demandas de la Policía Local ya eran contempladas por la Valoración de Puestos de Trabajo actual, la del año 2006, ignorando todo el trabajo realizado en el comité de valoración para la propuesta rechazada en referéndum, como si esta no hubiera existido jamás.[iii]

Concretando, la predisposición favorable del equipo de gobierno para cualquier acuerdo tenía como requisito inexcusable que el mismo beneficiara al conjunto del personal del ayuntamiento, algo que de entrada era ya imposible a la vista del resultado del citado referéndum. Además, se rechazaba en firme una modificación global de la VPT. ¿Cómo se puede atender a las demandas de un colectivo concreto si el requisito es que estas beneficien al conjunto de todos los trabajadores, y a la vez se rechaza una revisión global de la VPT? Sólo se le podía ocurrir a un matemático semejante ecuación. Además, el alcalde optaba por ausentarse de la ronda de negociaciones, y delegaba la representación municipal, y la resolución de tan difícil ecuación, en el delegado del ramo. [iv]

Avanzaba el año, y en octubre los agentes amenazaban con plantarse. Final de año era el límite fijado por la plantilla de la Policía Local para sellar un acuerdo sobre el valor de los complementos específicos de peligrosidad, penosidad y jornadas festivas. Constituidos en plataforma que aunaba a la totalidad de los efectivos, amenazaba con … “acciones reivindicativas” … en enero, si no había resultados y soluciones. Acumulaban diez años siendo ignorados y sin obtener unas peticiones que consideraban justas.

Al respecto de las demandas de los agentes, el edil de seguridad señalaba que … “son derechos que pueden tener” …, optando por reservarse su opinión sobre si estas debían considerarse como justas. Manifestaba que la materia salarial … “hay que verla desde un mismo prisma” …, sin distinguir entre los 570 empleados de la administración local porque … “Todos son trabajadores”. Esto sonaba a revisión general de la VPT, único instrumento legal para valorar los puestos de trabajo, y por tanto a una falta de congruencia, si se tiene en cuenta el rechazo inicial a cualquier medida de valoración global. Era un "quiero, pero no puedo" que ya resultaba exasperante para los agentes. Y ello sin en entrar a discutir el grado de igualdad que se pretendía para puestos que, por naturaleza, mejor dicho, por condiciones de desempeño, no son iguales los unos a los otros.

Pero Moreno Víbora reiteraba que las demandas de la policía eran reclamaciones … “que no son actuales, vienen de muy atrás” …, emplazando a los policías a compartir “mesas de negociación, sentarse, hablar y entendernos”. La plataforma de la policía mostraba su “decepción” por la falta de propuestas, incrédulos todos los policías, es de suponer, ante la posibilidad de estar experimentando un "déjà vu". De nuevo se les invitaba negociar. A negociar lo que ya se había negociado, se había valorado y se había llevado a una propuesta de valoración, aprobada en mesa general de negociación, que no había sido defendida y quedó desestimada. Y se les proponía empezar desde cero, desechando todos los acuerdos anteriores, para encajar una solución nueva al viejo problema de la policía que fuera del agrado de todos los trabajadores municipales [v]

Así llegamos al mes de marzo de 2021. Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento, los mismos que, a excepción de Vox que por entonces aún no estaba representado en el pleno, se posicionaron en contra de la propuesta de valoración antes y después del famoso referéndum, acudieron a una reunión con representantes sindicales de la Policía Local, y emitieron un comunicado conjunto respaldado por las firmas de Francisco Aguilar, del Partido Popular; Jesús López, de Ciudadanos, Miguel Villa, de Izquierda Unida, y Antonio Hidalgo, de Vox, sobre “viejas reivindicaciones, compromisos incumplidos, el absentismo que sufre el cuerpo o el incumplimiento de los mínimos en diferentes turnos”.

Señalaron que … “los problemas con el cuerpo local de policía llevan enquistados una década sin que el equipo de gobierno socialista haya hecho nada que resuelva un conflicto que está suponiendo un deterioro evidente de las condiciones de trabajo de estos empleados públicos y de cara a la prestación de sus servicios”.

Por entonces había ya 20 agentes de policía de baja laboral, con una merma de plantilla del 30%, y el 70 % restante estaba supliendo las necesidades de la ciudad en tan complicada situación sanitaria. La oposición en bloque los apoyó instando al equipo de gobierno municipal a … “desbloquear una pésima gestión política que se ha alargado demasiado en el tiempo y que afecta al personal al servicio del Ayuntamiento" …, reservándose … “las acciones políticas que sean de su competencia para promover, facilitar e impulsar una solución definitiva a este conflicto laboral entre Policía Local y Partido Socialista” [vi]. Cuesta creer que aquellos grupos tuvieron la solución al conflicto en sus manos, con la aprobación en el Pleno de la propuesta de la Mesa General de Negociación para la VPT.

 

  

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